jueves, 7 de febrero de 2013

Descánsame.

Estoy tumbada en horizontal, brazos y piernas abrazan la almohada mientras Kiss the Rain me desgarra la piel. Noto poco a poco la sal rozando mis mejillas y un grito ahogado me tensa los músculos.
A quién quiero engañar, me siento tan vulnerable que me obligo a seguir emanando mar.
A mis ojos, la tristeza es lo más bello que existe. Creo que, al menos ahora y en esta ciudad la belleza está dentro de mi cama. Al menos ahora. Al menos aquí. Donde tú no estás.
Me acurruco un poco más y sigo sollozando golpeando con fuerza mis pensamientos.
No sé si voy a ser lo suficientemente fuerte como para poder soportar esto. Te pienso besándome las lágrimas, y el corazón se me vuelve a encoger. Necesito descansar mis miedos, pero los encuentro a la vuelta de cada esquina contigo de la mano.
Quiero huir quedándome. Porque ya he probado a salir corriendo y sólo ha servido para seguir deshojándote deseos, mientras abrazo a desconocidos.
Tus olas están destrozando esta playa, que era preciosa hasta que decidiste pasear descalzo por ella.
Me encontraste cuando menos te buscaba, y juegas a salvarme cuando yo ya llevo muchos inviernos entre páginas de una autoayuda inservible.
Hay una canción que grita que me quede, y otra que suplica un "no te vayas".
Y mientras tanto... aquí sigo abrazada a la almohada, intentando encontrar la manera de decirme que ya no podré volver a ser sin ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario