martes, 22 de diciembre de 2009

Y todo terminó cuando no había hecho más que empezar. Todo acabó en esos momentos en los que sientes que ser más feliz es casi imposible, en los que ves todo de color de rosa y entiendes el sentido de la vida de una forma en la que nunca antes habías creído. Sin embargo ahora parece que el cielo se hunde y que el suelo se esfuma bajo tus pies, que todo va cayendo en picado y que no puedes hacer nada para impedirlo. Te hartas a echarlo de menos, a llorarle recordando aquellos momentos y aquellas palabras que te hacían volar. Te cansas de levantarte sonriendo pensando que hoy será el día en que vuelva y te diga todo lo que eres para él y todo lo que te ha echado de menos en este tiempo, que te repita todas esas falsas palabras que un día te dijo y que te hicieron soñar(taan alto...). Pero te equivocas, un día más, y otro día más vuelves a acostarte al caer la noche empapando en lágrimas la almohada, porque hoy tampoco ha sido el día, y lloras con más fuerza aún porque en lo más profundo de ti, sabes que ese día nunca va a llegar, porque él nunca ha sentido nada por ti. Y aún así, sigues esperando a que todo cambie.

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