viernes, 25 de septiembre de 2009

Bésame como siempre has querido que yo lo hiciera contigo y saborea hasta el último rincón de mi alma.
Acércame a tu cintura y déjame sin respiración.
Hazme gritar y no pronunciaré otra palabra que no sea tu nombre.
Acaríciame con tus labios y succiona cada uno de esos latidos que grita tu nombre.
Cántame al oído, al son del amor prohibido.
Regálame un suspiro.
Desnúdame los sueños que, por mucho que los calendarios quieran llevarme la contraria, hoy es domingo.
Si consigues que me sonroje, el premio es tuyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario