martes, 15 de diciembre de 2009

15/12/07

Hola abuela,
ya han pasado dos años desde que no estás, y todo sigue igual que como lo dejaste. Tu casa está vacía, tus hijos siguen hablando de ti diariamente, y tus nietos seguimos acordándonos de ti, eso siempre.
No sabes como te echo de menos. Como echo de menos el no ir los domingos a tu casa a comer paella, que me des la paga y me digas ‘no se lo digas a tus padres…’, tus gritos cuando corríamos los enanos y yo por el pasillo de la otra casa… Tu cara de felicidad cuando pasábamos todas las Navidades contigo, porque sé que eso para ti era el mejor regalo, no estar sola. Desde que el abuelo se fue, hiciste un gran esfuerzo por continuar, y lo conseguiste. Y más que conseguirlo, viviste por él.
Estás haciendo un viaje muy largo abueli… demasiado. Vuelve ya, que creo que ya es suficiente. Deja de ser más aventurera de lo que ya eres. Entre todos cuidamos la casa, y vamos a comer todos los fines de semana. Bueno nosotros no, ya sabes… con todos los partidos y el curso… me es difícil ir siempre.
Yo estoy cuidando de los peques, para que te recuerden como lo que eres. Tus hijos están bien, el aita ya sabes, tan cabra loca como siempre, aunque no te creas eh, que últimamente está haciendo cosas de provecho. La tía se está recuperando poquito a poco del accidente… si es que de verdad… lo que no le pase a ella… y el tío Luis la ha ayudado muchísimo! Increíble, ¿verdad?
El tío Matu… sigue con la casa de Puente Alto, ¿sabes que Troski se ha escapado más de 4 veces a lo largo de este año? Ahora dirías… ‘Normal, teniendo a ese mendrugo de dueño…’.
La tía Bea, bueno… con sus más y sus menos… algo tocadilla de la espalda, pero bien, tan guapa como siempre.
Iker y Naiara ya han vuelto del viaje de novios, y rebosan amor por todas las costuras. Sé que te encantaría ver a tu nieto tan feliz abueli, pero también sé que te tuvo presente en todo momento.
Los demás están bien. Como siempre, creo que no ha habido mucho cambio en nuestras vidas. Aunque si lo hubiera estarías al tanto, también lo sé.
Estoy intentando seguir tus pasos y sé que siempre que me caiga tú vas a estar presente para animarme a que me levante.
Te mando uno de nuestros tan fuertes abrazos, y miles de besitos en la nariz, para que nunca se te acaben.
Te quiero muchísimo,
Marta.

PD: Seguimos siendo tres, ¿recuerdas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario