miércoles, 25 de noviembre de 2009

—Pero díselo.
—¿El qué?
—Que la quieres.
—Ni hablar, su avión sale esta noche.
—Sam, no tienes nada que perder, y te arrepentirás si no lo haces. Yo nunca se lo dije lo suficiente a tu madre. Tendría que habérselo dicho cada día, porque era perfecta cada día. Las películas no se acaban hasta que sale la palabra fin.
—¡Vale papá, hagámoslo! ¡Y que el amor nos cosa a leches!

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